POR EL CAMINHO HASTA LA FUENTE DE LOS MOROS
El paisaje está
envuelto en una aura misteriosa de pasado remoto. Los árboles son cómplices da
la historia de tantos y tantos que ya pasaron por aquí. Todos son
abuelos. Los mas jóvenes están
en la casa de los cien
años y los más ancianos, de tres o más veces centenarios.
Siéntome en otra dimensión. El local es de sombras, musgos y hojas muertas y huele a tierra fresca.
La penumbra y el aire frío están por toda parte, junto al
silencio. Escucho solamente algunos
pájaros y arcillas royendo nueces . Pocos insectos, pero abajo de las
hojas la vida es muy abundante, mucho más
que arriba.
Envuelta en el misterioso local, sueño lo que quiero. Soy una hada, un duende, una joven mora en
busca de su amante, o un caracol , una
hoja caída en el suelo. No soy nada
frente esta naturaleza tan mágica.
¿Este es el bosque de los antiguos druidas ? De magos y
brujas ? Si, creo que este bosque misterioso es todo lo que quiero. Y yo lo
quiero. Siéntome tan leve, tan fresca, como la agua que corre por entre las
piedras blancas y el murmurio
me fascina.
La felicidad por estar en este lugar invade mi cuerpo y me
entrego al mejor de mi.
Talvez en tiempos lejanos yo ya estaba en este sitio, solo
no sé cual piel me revestía . Pero ahora
yo lo sé, estoy envuelta en una piel de magia y felicidad.
Solange Vicentini T. Mossenbock
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